viernes, abril 29, 2005

Gente común

Jarvis Cocker dijo sobre esta canción: "Fue una canción muy importante porque habla de una revolución cultural, un cambio de mentalidad. La gente comenzó a tener una especie de actitud voyeurista, como la gente de clase media yendo a un partido de fútbol. La cultura de la clase trabajadora era considerada despectivamente como "vulgar", y de repente la gente cayó en la cuenta de que quizás esta cultura estaba un poco más viva que la considerada de "alto nivel"
Todavía hoy se puede ver eso. Hay una especie de glamour alrededor de las situaciones miserables, y yo lo encuentro preocupante, porque es casi un tipo de turismo. Es como decir "Sí, vamos a ver este lugarcito de mierda, sacamos unas fotos, y después nos vamos al carajo y dejamos a esa gente viviendo en su propia mierda."

2 Comments:

At 11:11 a. m., Anonymous Anónimo said...

La estupidez, el error, el pecado, la mezquindad,
ocupan nuestros espíritus y minan nuestros cuerpos,
y nosotros alimentamos nuestros remordimientos,
como los mendigos nutren a su piojera.

Nuetros pecados son tercos, nuestros arrepentimientos cobardes;
nos hacemos pagar con creces nuestras confeciones,
y volvemos alegrmente al camino fangoso,
creyendo lavar con viles llantos todas nuestras manchas.

(...)

¡El Diablo es quien maneja los hilos que nos mueven!
A los objetos repugnantes les hallamos encantos;
cada día descendemos un paso hacia el infierno,
sin horror, a través de tinieblas que apestan.

Igual que un pobre libertino que besa y muerde
el seno maltratado de una vieja ramera,
robamos al pasar un placer clandestino
que exprimimos muy fuertecomo una naranja seca.

Apretado, hormigueante, como un millon de helmintos
en nuestro cerebro se agita un tropel de demonios,
y, cuando respiramos, la muerte a nuestros pulmones
desciende, rio invisible, con sordos sonidos.

Si el estupro, el veneno, el puñal, el incendio,
no han bordado aún con sus singulares dibujos
el cañamazo banal de nuestros tristes destinos,
ello se debe ¡ay!, a que nuestra alma no es lo bastante atrevida.

Pero entre los chacales, las panteras, los linces,
los monos, los escorpiones, los buitres, las serpientes,
los monstruos chillones, aulladores, gruñidores, rastreros,
en la infame casa defieras de nuestros vicios,

¡hay uno más feo, más malvado, más inmundo!
Aunque no hace espavientos ni lanza agudos gritos,
convertiría con gusto a la tierra en un despojo
y en un bostezo se tragaría el mundo.

¡es el aburrimiento! - con los ojos inundados de un llanto involuntario
sueña con cadalsos mientras se fuma una pipa.
Tú, conoces, lector, a ese monstruo delicado,
¡hipócrita lector - mi semejante - mi hermano!

“All Lector”
Charles Baudelaire
“Las flores del mal”, 1857

 
At 2:07 p. m., Anonymous Anónimo said...

Muy bonito, aunque por las costumbres que tenia Baudelaire, el comentario sería mas acertado en el Post de Calamaro.

 

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