martes, marzo 29, 2005

El soberano me mando esto

Chacho esta muy gordo y el Chelo Delgado.
La señora se queja de la torta y El Señor de los Anillos.
Matias tiene el pelo liso y Hernan Crespo.
Sebastian se cree autopista y Rolo Puente.
Daniela dió un paso y Cecilia Dopazo.
Jennifer adora New York y Withney Houston.
Bush derriva ciudades y Enrique Iglesias.
José come todo comprado y Alfredo Casero.
El pato Donald arregla teclados y Mickey Mouse.
Rodrigo desayuna con facturas y Perez Conpan.
Pedro coloco gas aca y Antonio Gasalla.
Richard hace piruetas y Bruce Willis.
Los demonios obedecen ordenes de John y los Angeles de Charlie.
John compro crayones silvapen y Bon Jovi.
Julio come fideos del plato y Oscar de la Hoya.
Martin tiene barba negra y Georgina Barbarosa.
John mira HBO y Michael Fox.
A Tito le encanta comer nueces y a Cacho Castaña.
German compro Dogui y Hugo Gatti.
Pepe se disfrazo de cura y damian de santo.
Caniggia está picando faso y el Diego Armando
Superman come mentoplus y el Increible Hall
Marquitos Dipalma rompio el motor y Eliseo Subiela
García aún no se subió a ningún caballo pero Navarro Montoya
Pepe busca montañas y Pipino Cuevas
Juan la tiene dormida y Pepe Parada
Alejandra caza pitos y Eleonora Casano
Eduardo tiene una bicicleta Mussetta y Carlos Bianchi.
Juancito tiene un pollo y Gustavo Garzón
Claudia es le petit y Mirta Legrand
A Pablo le explotó la aorta y a Fabian Vena
Juan hace escudos, Antonio Banderas
A Juan le tengo cariño y a Nico Repetto
Juan ve el lunar y Manuel Belgrano
Pilar planta álamos y Paula Robles.
Ernesto corta el pasto y el Turu Flores
Carlos es rubio y Alfaro Moreno
Paula es dulce y Patricia Sosa
Juan era feo y Medina Bello
Jorge usa red para pescar y Diego Cagna


escribir las H donde corresponde te arruina la Javier Pedro

lunes, marzo 28, 2005

Para la gilada

Las pascuas, son: el primer domingo despues de la primera luna llena despues del equinoccio de otoño en el hemisferio sur o el equinoccio de primavera en el hemisferio norte.

traduzzione

Lei veniva dalla Grecia aveva sete di conoscenza, lei studiava scultura al College Saint Martin, ecco dove io ho incrociato i suoi occhi. Lei mi disse che suo padre era molto ricco, ed io le dissi che in quel caso avrei preso un rum e coca-cola. Mi rispose 'bene' e dopo trenta secondi disse, io voglio vivere come la gente comune, voglio fare tutto ciò che le persone normali fanno, voglio dormire con la gente normale, voglio dormire con la gente comune come te. Bene, cos'altro avrei potuto fare - le dissi vediamo cosa si puo' fare. La portai al supermercato, non so perchè ma bisognava cominciare da qualche parte, così cominciò tutto in quel posto. Le dissi fingi di non avere denaro, lei sorrise e disse tu sei molto divertente. Ah sì? bene, io non vedo nessun altro ridere in questo posto. Sei sicura di voler vivere come la gente comune, vuoi vedere le cose che la gente comune vede, vuoi dormire con le persone normali, vuoi dormire con le persone normali come me. Ma lei non comprese, sorrise e mi prese la mano. Affitta un appartamento su un negozio, tagliati i capelli e trovati un lavoro. Fuma delle sigarette e gioca a biliardo, fingi di non essere mai andata a scuola. Ma ancora non ci sarai riuscita perchè quando sei distesa a letto la notte a guardare gli scarafaggi che si arrampicano sul muro se chiami tuo padre lui puo' risolvere tutto. Tu non vivrai mai come le persone normali, tu non farai mai ciò che le persone normali fanno, tu non fallirai mai come la gente normale, non vedrai mai la tua vita da un diverso punto di vista, e non ballerai mai e non berrai mai e non farai mai l'amore perchè non c'è nulla altro da fare. Canta con la gente comune, canta e forse potresti avvicinarti un po', ridi con la gente comune, ridi anche se loro stanno ridendo di te e delle cose stupide che fai. perchè tu pensi che essere poveri sia figo. Voglio vivere con la gente comune....

viernes, marzo 18, 2005

Nistzche por Georgie

Publicado en el diario La Nación, 11 de febrero de 1940.

Siempre la gloria es una simplificación y a veces una perversión de la realidad; no hay hombre célebre a quien no lo calumnie un poco su gloria. Para América y para España, Arturo Schopenhauer es primordialmente el autor de El amor, las mujeres y la muerte: rapsodia fabricada con fragmentos sensacionales por un editor levantino. De Friedrich Nietzsche, discípulo rebelde de Schopenhauer, ya observó Bernard Shaw (Major Barbara, Londres, 1905) que era la víctima mundial de la frase «bestia rubia» y que todos atribuían su renombre y limitaban su obra a un evangelio para matones. A pesar de los años transcurridos, la observación de Shaw no ha perdido en validez, si bien hay que admitir que Nietzsche ha consentido y tal vez ha cortejado ese equívoco. En sus años finales aspiró a la dignidad de profeta y sabía que ese ministerio es incompatible con un estilo razonable o explícito. El más famoso (no el mejor) de sus libros es un pastiche judeo-alemán, un prophetic book más artificial y harto menos apasionado que los de Blake. Paralelamente a la composición de su intencionada obra pública, Nietzsche apuntaba en otros cuadernos los razonamientos capaces de justificar esa obra. Esos razonamientos (y toda suerte de meditaciones afines) han sido organizados y editados por Alfred Baeumler y componen dos tomos de cuatrocientas y quinientas páginas cada uno. La obra general se titula -algo torpemente- La inocencia del devenir y ha sido publicada en 1931 por Alfred Kröner. «En los libros publicados», escribe el editor, «Nietzsche habla siempre ante un adversario, siempre con reticencias; en ellos predomina el primer plano, como lo ha declarado el mismo autor. En cambio, su obra inédita (que abarca de 1870 a 1888) registra el fondo de su pensamiento, y por eso no es obra secundaria, sino obra capital».

Este fragmento -el 1072 del primer volumen- es un testimonio patético de su soledad: «¿Qué hago al borronear estas páginas? Velar por mi vejez: registrar para el tiempo, cuando el alma no puede emprender nada nuevo, la historia de sus aventuras y de sus viajes de mar. Lo mismo que me reservo la música para la edad en que esté ciego.» «Es común identificar a Nietzsche con las intolerancias y agresiones del racismo y elevarlo (o denigrarlo) a precursor de esa pedantería sangrienta; veamos lo que Nietzsche -buen europeo, al fin- pensaba hacia 1880 de tales problemas. «En Francia -anota- el nacionalismo ha pervertido el carácter; en Alemania, el espíritu y el gusto: para soportar una gran derrota -en verdad, una definitiva- hay que ser más joven y más sano que el vencedor».

La reserva final no debe impulsamos a creer que las victorias de 1871 lo regocijaban con exceso. El fragmento 1180 del segundo volumen declara: «Para entusiasmarnos por el principio, Alemania, Alemania encima de todo, o por el imperio alemán, no somos lo bastante estúpidos»; poco antes observa: «Alemania, Alemania encima de todo, es quizá el lema más insensato que se ha propalado jamás. ¿Por qué Alemania -pregunto yo- si no quiere, si no representa, si no significa algo de más valor que lo representado por otras potencias anteriores? En sí, es sólo un gran Estado más, una bobería más en la historia.»

El antisemitismo lo mueve a las siguientes observaciones: «Encontrar un judío es un beneficio sobre todo cuando se vive entre alemanes. Los judíos son un antídoto contra el nacionalismo, esa última enfermedad de la razón europea... En la insegura Europa son quizá la raza más fuerte: superan a todo el occidente de Europa por la duración de su proceso evolutivo. Su organización presupone un devenir más rico, un número mayor de etapas que el de los otros pueblos... Como cualquier otro organismo, una raza sólo puede crecer o perecer: el estancamiento es imposible. Una raza que no ha perecido, es una raza que ha crecido incesantemente. La duración de su existencia indica la altura de su evolución: la raza más antigua debe ser también la más alta. En la Europa contemporánea los judíos han alcanzado la forma suprema de la espiritualidad: la bufonada genial.»«Con Offenbach, con Enrique Heine, la potencia de la cultura europea ha sido superada: las otras razas no tienen la posibilidad de ser ingeniosas de esa manera... En Europa son los judíos la raza más antigua y más pura. Por eso la belleza de la mujer judía es la más alta.» Examinado con alguna imparcialidad, el párrafo anterior es muy vulnerable. Su propósito es refutar (o molestar) al nacionalismo alemán; su forma es una afirmación y una hipérbole del nacionalismo judío. Este nacionalismo es el más exorbitante de todos; pues la imposibilidad de invocar un país, un orden, una bandera, le impone un cesarismo intelectual que suele rebasar la verdad. El nazi niega la participación del judío en la cultura de Alemania; el judío, con injusticia igual, finge que la cultura de Alemania es cultura judía. Por lo demás, el pensamiento de Nietzsche debe haber sido más imparcial que sus afirmaciones; sospecha que se dirigía, in mente, a alemanes incrédulos e indignables. En otro lugar escribe proféticamente: «Los alemanes creen que la fuerza debe manifestarse por el rigor y por la crueldad. Les cuesta creer que puede haber fuerza en la serenidad y en la quietud. Creen que Beethoven es más fuerte que Goethe; en eso se equivocan.» Este fragmento -el 1168- no carece tal vez de actualidad y aun de futuridad: «Todos los verdaderos germanos emigraron; la Alemania actual es un puesto avanzado de los eslavos y prepara el camino para la rusificación de la Europa.» Inútil agregar que esa doctrina puede congregar escasos prosélitos en la Alemania de hoy. El país está regido por germanistas que preconizan la anexión de ciertos vecinos porque son de raza germánica y de ciertos otros vecinos porque son de raza inferior. Esos peligrosos etnólogos afirman un predominio germánico en Escandinavia, en Inglaterra, en los Países Bajos, en Francia, en Lombardía y en Norteamérica: hipótesis que no les prohíbe atribuir a Alemania la exclusiva representación de esa ubicua raza.

En otro lugar dice Nietzsche: «Bismarck es un eslavo. Basta mirar las caras de los alemanes: emigraron todos los que tenían sangre varonil, generosa; la lamentable población que no se movió, el pueblo de alma servil se mejoró después con alguna adición de sangre extranjera, principalmente eslava. La mejor sangre de Alemania es la sangre aldeana: por ejemplo, Lutero, Niebuhr, Bismarck.»

Movilizar contra Alemania el párrafo que acabo de trasladar sería una ligereza y una injusticia. Una de las capacidades geniales del intelectual alemán -no sé si del francés- es la de no ser accesible a las supersticiones del patriotismo. En trance de ser injusto, prefiere serlo con su propio país. Nietzsche -no nos dejemos desviar por su nombre polaco- era muy alemán. Una de las amonestaciones que hemos leído nos exhorta a no confundir la mera violencia y la fuerza: así no hubiera hablado Zarathustra si hubiera tenido presente esa distinción.

En el fragmento 1139, Nietzsche condena con plenitud la obra de Lutero; en el fragmento 501 escribe, sin embargo: «El hombre hace que un acto sea meritorio, pero es imposible que un acto dé méritos a un hombre.» También es imposible formular con menos palabras la doctrina que opuso Martín Lutero a la doctrina de la salvación por las obras.

En aquel ruidoso y casi perfectamente olvidado volumen -Degeneración- que tan buenos servicios prestó como antología de los escritores que el autor quería denigrar, Max Nordau vio en el carácter fragmentario de las obras de Nietzsche una demostración de su incapacidad para componer. A ese motivo (que no es lícito excluir y que no es importante) podemos agregar otro: la vertiginosa riqueza mental de Nietzsche. Riqueza tanto más sorprendente si recordamos que en su casi totalidad versa sobre aquella materia en que los hombres se han mostrado más pobres y menos inventivos: la ética.

Excepto Samuel Butler, ningún autor del siglo XIX es tan contemporáneo nuestro como Friedrich Nietzsche. Muy poco ha envejecido en su obra, salvo, quizás, esa veneración humanista por la antigüedad clásica que Bernard Shaw fue el primero en vituperar. También cierta lucidez en el corazón mismo de las polémicas, cierta delicadeza de la invectiva, que nuestra época parece haber olvidado.

Jorge Luis Borges

martes, marzo 15, 2005

Nombres Propios

Hay personas que por el nombre se tendrian que haber dedicado a otra cosa.


http://www.clarin.com/diario/2005/03/15/conexiones/t-938725.htm


"...En este punto, indica la licenciada María Teresa Panzitta, psicóloga especializada en trastornos alimentarios de obesidad del Hospital Durand y la Fundación Favaloro, “los gordos viven sentimientos de desvalorización cotidianos, todos se enfrentan a la misma presión social, lo que no quiere decir que todos la elaboren de la misma manera”...."

domingo, marzo 06, 2005

Peliculas varias

ultimamente vi y me gustaron:

El detective cantor
American Splendor
Before Sunset
El ladron de orquideas
Eterno resplandor...
Dodgeball


bueno, si me acuerdo de alguna otra, aviso, y si tengo ganas comento alguna, el Bambino diria que todas son ESELENTES